viernes, 8 de marzo de 2013

100 años del Liceo Miguel C. Rubino y de la Escuela de Aviación Militar


El miércoles 6 de marzo, en la Sesión de la Cámara de Representantes el Diputado por Durazno Prof. Carmelo Vidalin realizó una exposición sobre la conmemoración de los 100 años del Liceo Miguel C. Rubino y de la Escuela de Aviación Militar.

“Dos Instituciones de mucho prestigio este mes de marzo conmemoran un siglo de sus creaciones. Nos referimos al Liceo Oficial de Durazno, cuyo nombre lleva el de un hijo pródigo de nuestro departamento pero que alcanzó ribetes nacional e internacional en su materia como fue el Dr. Miguel C. Rubino.  La otra institución que también conmemora sus 100 años en este mes, pero en ámbito nacional es la Fuerza Aérea uruguaya. Iniciaremos nuestra exposición refiriéndonos a homenajear el primer siglo del Liceo Rubino de Durazno:

Entre los años 1894 y 1908 en la ciudad de Durazno funcionaba un Liceo denominado con el nombre de “Popular” y cuyo período educacional fue efímero. Recién cuatro años más tarde a su cierre, en el año 1912, el Dr. Miguel C. Rubino impulsa la reapertura del Liceo Popular la cual no logra concretarse. Transcurrían los albores del  Siglo XX y  las posibilidades escolares de la ciudad de Durazno aparecían inciertas por la carencia de un Liceo de enseñanza media. Pero, hubo ciudadanos e hijos duraznenses que fueron pilares incólumes en esos inicios para la concreción de un Liceo para las generaciones que provenían de la enseñanza primaria,  entre los cuales citemos a Miguel C. Rubino y que junto a figuras coterráneas e intelectuales radicados en Durazno consiguen superar toda dificultad y levantan un Instituto docente sin ningún sostén oficial, recogiéndose para su funcionamiento el aporte generoso de profesionales locales que sirven para instalar modestos laboratorios, gabinetes y museos. Es en marzo de 1913 que el liceo funciona con la conducción de su primer Director, don Alberto Bravo y cuenta con una matrícula en su primer año de 59 alumnos, de los cuales 22 de ellas son de sexo femenino. En su centenaria existencia la institución tiene el privilegio de haber formado a incontables personas que se han destacado por su labor profesional tanto a nivel departamental y nacional como en el extranjero. El Liceo que a partir del año 1944 ocupa el actual edificio, tiene la particularidad de contar con espacios de recreación, amplios salones, gimnasio, y la Sala de Arte Prof. Arq. Eduardo González Pose con características de de Museo Didáctico. Este museo cuenta con obras de singular valor entre las que se cuentan las de autores como Pedro Figari, Juan Manuel Blanes, Arzadum y Solari, entre otras.
El apoyo de las autoridades, la comunidad de Durazno y el denodado esfuerzo de ex - docentes, amigos del liceo, asociación de padres de alumnos,  cuerpo directivo, docentes de la institución y alumnos hacen que sus puertas permanezcan abiertas y brindando una educación tan cara como ha sido su historia. Hoy celebramos el primer Centenario del Liceo Oficial de la ciudad de Durazno, del Liceo Miguel C. Rubino. Un siglo de enseñanzas; un siglo donde las direcciones y el cuerpo docente con vocación legaron su vida a formar generaciones de jóvenes ávidos de aprensión y crecimiento. Cien años de alumnos, inundando las aulas con sueños, despertares y estudio”.

100 años de la Escuela de Aviación Militar
“También queremos exponer en esta Cámara que el venidero 17 de marzo se conmemora los 100 años de lo que consistió en la lectura de la Orden General No. 1155 del Estado Mayor del Ejército, emanada del Ministerio de Guerra y Marina, donde se dio por inaugurada la Escuela de Aviación Militar, en un potrero de la Estancia Santo Domingo, hoy Campo Militar No.1 del Ejército, cercano a Los Cerrillos, Departamento de Canelones. Con la modestia que la ha caracterizado pero con la misma autoridad expuesta en sus alas, nació la Escuela de Aviación Militar, comenzando de esta manera las actividades aeronáuticas en el país, en ese primer aeródromo que existió en el Uruguay. Hace un siglo atrás, un puñado de diez intrépidos jóvenes oficiales del Ejército, se dieron cita en la aludida estancia, convocados por la referida Orden General, como alumnos de la Escuela de Aviación Militar, con el fin de aprender a volar; dando inicio el instructor Monsieur Paillette en aquél 17 de marzo, a la adaptación y el adiestramiento de sus discípulos y estos, a la gran aventura que significaba enrolarse entre los primeros hombres que aceptaron en Uruguay. El gran desafío de querer ser aviadores, en aquellos lejanos años del nacimiento de la “locomoción aérea” (como se le decía), en un enorme y primitivo aparato biplano tipo Farman, de madera, tela y alambres, más parecido a una gran cometa, que a la idea que hoy tenemos de un avión, impulsado por un trepidante y caprichoso motor rotativo de 50 caballos de fuerza. Era la aventura misma, rodeada por ese halo místico de la aviación naciente, que quién sabe adónde  los transportaba cada vez que les tocaba subir en aquel desmesurado pájaro, sin siquiera un modesto parabrisas. El Uruguay ha tenido prohombres de la aviación y permítanme nombrar a dos de ellos, el Cap. Boiso Lanza, primer Director de la Escuela Militar de Aviación, y primer mártir de la Aviación Militar, y  el Gral. Aviador y Aeronauta Cesáreo L. Berisso.
A ellos lo encontramos en cada página importante de la rica historia de la aviación  uruguaya fundando, creando, organizando y comandando toda entidad que precedió a la Fuerza Aérea. Formaron parte de aquel período de la aviación que buscaba nuevas rutas: más lejos, más alto y a mayor velocidad, ciclo al que nuestro país a pesar de su dimensión no estuvo ajeno, merced a los hombres de dicha Escuela, institución predecesora de la Aeronáutica Militar, que fue  fundada el 31 de diciembre de 1935, de la cual surgimos el 4 de diciembre de 1953 como Fuerza Aérea. El rasgo que exhibe la institución desde su época heroica y que mantiene orgullosamente hasta hoy en día, con las modificaciones de la organización y los nuevos equipamientos, se acompasan a una preparación acorde de las tripulaciones aéreas y terrestres que podemos calificar de excelentes. Lo demuestran fehacientemente cuando se tienen que cumplir misiones dentro del continente, antárticas o transatlánticas, con aviones o helicópteros, como ha ocurrido y ocurre en muchas oportunidades. Culminamos diciendo, que en nuestro Durazno contamos con la Brigada Aérea Nº 2 Tte. Mario W. Parallada, con escuadrones de caza, vuelo avanzado y de ataque, que son orgullo de su profesionalidad y escuela de los pilotos nacionales. Durazno, se identifica con sus vuelos y comparte la alegría del primer Centenario de la Fuerza Aérea Uruguaya”.

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