martes, 8 de octubre de 2013

Homenaje al profesor emérito Dr. Héctor Hugo Barbagelata

"En esta Sesión, la Cámara de Representantes reunida, tributa un merecido homenaje al profesor emérito Dr. Héctor Hugo Barbagelata, lo cual significa que la asamblea de los representantes del Pueblo Oriental en Democracia,  brinda un reconocimiento a uno de los pilares de la disciplina del Derecho del Trabajo en el Uruguay, siendo reconocido como maestro en varias generaciones de la llamada Escuela uruguaya de Derecho Laboral.
Debemos expresar que no ha sido fácil convencer al Profesor Barbagelata ya que ha sido siempre reacio a  homenajes.
Ante la presencia de generoso Ciudadano, hoy la Cámara de Representantes le rinde un merecido y justo  homenaje.
El profesor Héctor Hugo Barbagelata - quién nos honra con su presencia, igual que sus colegas y familiares - nace el 12 de setiembre de 1923 y siendo aún muy joven se graduó como Doctor en Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad de la República del Uruguay, para posteriormente doctorarse también en Economía y Legislación Obrera en La Sorbonne de París.
Como bien se ha expresado por sus colegas nos encontramos frente a una figura de talla dimensionada que se encuentra con el talento y la sagacidad intactas, o como bien lo describe el profesor Dr. Hugo Barreto: “Su intelectualidad se encuentra afinada y decantada por la posibilidad casi omnipresente de los años y una memoria y agudeza prodigiosa”.
Junto a Francisco De Ferrari, pionero de los estudios del derecho del trabajo, fue co fundador de la revista de Derecho Laboral en 1948, una de las publicaciones más antiguas y prestigiosas en el continente ya que contiene la síntesis de la mejor doctrina laboralista que puede leerse en Uruguay y que actualmente se puede disfrutar a través de la Fundación de Cultura Universitaria.
En su dilatada trayectoria ha transcurrido participando en innumerables congresos como ponente y ha contribuido con una destacadísima obra concretada en libros y artículos de revistas especializadas, que han conformado un cuerpo de reflexión y profundización inigualable en el derecho del trabajo.
Su condición de Profesor pudo ser apreciada no solo por varias generaciones de universitarios uruguayos, sino también por jóvenes de otros países de América latina y de Europa, en los que dictó clases de grado y de posgrado, deslumbrando con la estructura rigurosa de sus razonamientos jurídicos y con su oratoria diáfana y atrapante.
Su actividad de docente, sin dudas merece un párrafo aparte. Ejerció con absoluta dedicación y amor la tarea de enseñar, la cual lleva a cabo dentro del aula y aun fuera de ella; es que a su estudio acudían a consultarlo en forma continua, luego de egresados, su ex alumnos, a quienes recibía, según ellos mismos cuentan, con la pasión del docente, pero además con la cortesía que se le debe al colega.
Fue también maestro de varias generaciones de abogados laboralistas y lo es de las actuales y de las futuras generaciones de técnicos y licenciados de Relaciones Laborales,  quienes – a través de sus libros, prólogos, revistas y publicaciones – pueden aprender valiosas lecciones y contribuir a continuar en la mejora del Derecho Laboral.
Su magisterio recibido por varias generaciones de jóvenes y en diferentes Universidades. Dentro y fuera de fronteras lo han tenido privilegiando la pléyade de docentes donde ejerció. Como expresábamos recién, nuestra Universidad de la República contó con sus clases y cátedras, reconociéndolo Profesor Emérito. Asimismo, dictó clases en la Facultad de Ingeniería, y fue profesor de Sociología en los Institutos Normales de Montevideo.
Además, su obra trascendió hacia el exterior dictando clases en la Universidad de Lovaina y en Bruselas.
Profesor, Catedrático, Director del Instituto de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, ejerció un perdurable y generoso magisterio entre las generaciones más jóvenes, fundamentalmente a partir de la cátedra sobre “evolución del pensamiento juslaboralista” en el postgrado de la Facultad de Derecho.
Su trabajo resultó intenso para concretar los estudios de posgrado en la disciplina del derecho del trabajo, en virtud que estaba convencido que la Universidad tiene la responsabilidad de generar la convicción de continuar la formación durante toda la vida.
Quiero detenerme – Señor Presidente -  en la distinción de “Profesor Emérito”. Son profesores eméritos sólo aquellos que han realizado una obra de valía excepcional. Simbolizan el alcance del espíritu universitario que se traduce en integridad, fuerza, talento y actividad, y la inclinación implícita de la Universidad comprometida con la sociedad a causa de la dignidad, el respeto, la responsabilidad y el compromiso.
Con  éste título se reconoce la labor académica como una actividad que descubre mundos y abre la mente hacia el futuro.
Es una forma de reconocer y valorar el trabajo del profesor que ha tenido y tiene la difícil tarea de formar profesionales de excelencia e integrales, incorporando en los logros de los jóvenes. Es un docente emblemático, comprometido con la excelencia académica, la relevancia social, la actitud de servicio, la afirmación y observación de los principios y valores éticos que signan la vida profesional y universitaria, y en el caso del Profesor Barbagelata, la defensa de los derechos de los trabajadores.
Asimismo en su extenso curriculum vitae se debe destacar que fue Miembro de la Academia Iberoamericana de derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Además, fue designado Subsecretario del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social entre marzo y octubre de 1967.
No se debe obviar su asesoría sindical, ya que resultó un pionero en el asesoramiento de los sindicatos en el Uruguay, donde conoció a don José D’ Elía, con quién trabó una amistad, la cual resultó en años oscuros, riesgosa, pero muy pintoresca y latente. Posteriormente fue consultor de la Organización Internacional del Trabajo.
Barbagelata nunca defendió una empresa. José “Pepe” D’ Elía cuando era secretario general de la Federación de Empleados de Comercio decía habitualmente: “Pregúntale al Hugo. Lo que el Hugo diga, se hace”.
Ermida Uriarte manifestó: “En los peores momentos de la ofensiva neoliberal contra el derecho del trabajo, Plá y Barbagelata fueron los pilares que desoyeron los cantos de sirena que a tantos sedujeron, lo que a la postre reforzó el respeto internacional a una doctrina que ellos construyeron”.
En su vasta trayectoria también incursionó en el periodismo y en la actividad teatral. La actividad periodística lo tuvo como corresponsal desde Europa para el Semanario Marcha, publicación dirigida por el Dr. Carlos Quijano,  durante los años 1946 y 1947. Asimismo, fue columnista del Diario Acción, exponiendo sobre cuestiones sociales ente los años 1958 y 1962.
Mientras que en la actividad teatral fue Director-Fundador y actor del Teatro Universitario entre los años 1843 y 1958.
Sucesor de Margarita Xirgú, fue Director de la Escuela Municipal de Arte Dramático de Montevideo entre los años 1958 y 1965 y Presidente del Sodre en el período de 1985 a 1990.
En un reportaje el profesor Barbagelata expresó: “La actividad del profesor es análoga a la del actor, especialmente si uno piensa en la comedia del arte, ése género teatral en el que el actor improvisa, a partir de algunas pautas. Y ¿Qué otra cosa hace el profesor al seguir el esquema que lleva escrito y consulta en clase o que tiene grabado en su memoria? “El profesor como el actor, sabe que la función tiene que continuar. Valga otro punto de referencia, pues a las clases no se puede (o más bien, no se debe) faltar aunque no estemos con el talante apropiado, como tampoco los actores pueden faltar a los ensayos y funciones”.
Se ha señalado que dialogar con el profesor emérito Héctor Hugo Barbagelata es hacer presente al Uruguay donde la igualdad está presente y el sentir republicano aflora junto al orgullo de la enseñanza pública y la tenacidad defensora de la libertad y la democracia en tiempos difíciles.
Pero Barbagelata es, sobre todo, profesor de derecho del Trabajo, disciplina a la que ha dedicado lo mejor de sus virtudes y en la que se ha destacado como un doctrinario de fuste. La sutileza de su elaboración doctrinaria se sostiene en sólidos conocimientos basados en la amplitud de una cultura que amplía las fronteras de lo jurídico para trabajar en las márgenes de la sociología, la economía y las ideas políticas y construir así el presupuesto del estudio del derecho del trabajo.
En ese campo – como bien señala el Dr. Hugo Barreto – es autor de una obra de culto, generadora de una corriente que explica el particularismo del derecho del trabajo mediante las diferentes posiciones de las personas en el escenario de las relaciones laborales, ya sea como patrones o como trabajadores dependientes.  Ese dato social, que marca una situación de poder de un sujeto a otro, hace insuficiente y hasta ilusoria la consigna de la igualdad formal de estilo “todos somos iguales ante la ley”, por lo cual el derecho del trabajo debe introducir mecanismos compensatorios de esa desigualdad entre trabajadores y patrones a través de una protección especial al sujeto que trabaja en relación de dependencia.
A esta igualdad material que el derecho del trabajo persigue, Barbagelata agrega, como elemento distintivo del vínculo laboral, su naturaleza eminentemente conflictiva en lo individual y en lo colectivo. Pero, para Barbagelata el conflicto no es un síndrome patológico que deba ser suprimido, sino por el contrario una energía que desata procesos y dinámicas propias de una sociedad democrática y pluralista.
Nuestro homenajeado, que es un estudioso del pensamiento juslaboralista,  considera que la evolución de este pensamiento ha llegado al punto en que cada vez somos más los que consideramos que el Derecho del Trabajo integra el sistema de los derechos Humanos a todos sus efectos. Por eso hoy puede afirmarse que el reconocimiento de la integración de todos los derechos laborales en el bloque de la constitucionalidad, sin ninguna reserva y con todas sus consecuencias ya ha comenzado a universalizarse.
Para este docente “el diario debería ser el texto principal ya que no se puede  ser laboralista sin tener un firme anclaje en las realidades de la vida social y sin estar atento a las transformaciones que la tecnología introduce en ella”.
Durante la dictadura abandonó la Facultad de Derecho por verdadera objeción de conciencia. Se mantuvo al margen de toda actividad que tuviera que ver con una Universidad intervenida, se recluyó en sus estudios, fue profesor visitante de la Universidad  de Lovaina durante los años 1978 y 1979, y consultor de Cinterfor/OIT revalorizando el papel de la formación profesional en el mundo del trabajo, en otra expresión de su talante innovador y profundo cada vez que fue requerida su atención.
Su obra escrita incluye innumerables artículos y contribuciones para obras colectivas, así como una serie de libros fundamentales de su autoría:
·        El reglamento del taller (tesis), Montevideo, 1951.
·   El derecho común sobre el despido y su interpretación jurisprudencial, Montevideo, 1953. (Obra premiada en el Concurso de Obras Jurídicas de la Facultad de Derecho – Universidad de la república).
·        Panorama de la Legislación del Trabajo. Fueci, 1953.
·        Régimen de los convenios colectivos. Fueci, 1955.
·        Introducción de las Instituciones de Derecho Laboral en América Latina. (Edición original en francés y versiones en español y portugués).
·        El tripartidismo y la formación profesional en América Latina. Cinterfor/OIT, 1980.
·        La legislación mexicana sobre capacitación y adiestramiento desde la perspectiva del derecho latinoamericano. México, 1981.
·        El particularismo del derecho del trabajo. Montevideo, 1985. (Versión en portugués, San Pablo, 1996).
·        Uruguay, International Enciclopedia. 1998.
·        Formación y Legislación del Trabajo. OIT, 2003.
·        Derecho del Trabajo. Tomo I. Volumen 1 y 2. Montevideo, 2004.
·        El particularismo del derecho del trabajo y los derechos humanos laborales. Montevideo, 2009.
·        Curso sobre la evolución del pensamiento juslaboralista. Montevideo, 2009.
·        La investigación en Derecho el Trabajo, en Cuadernillos de la Fundación Electra Nº 5. Montevideo, 2011.
Homenajear a Barbagelata es homenajear a su compañera inseparable Electra. Ante su desaparición física, es el impulsor de una Institución en memoria de su esposa Electra Etcheverry de Barbagelata, denominada “Fundación Electra”, razón de la cual es apoyar a los estudiantes del interior del País que buscan graduarse en Derecho Laboral.
Su objeto es fomentar y promover, por cualquier medio apropiado, el estudio científico del Derecho del trabajo y de la Seguridad Social. A tales efectos, dice su Estatuto, podrá otorgar premios, becas y toda forma de apoyo económico para la participación en cursos, seminarios, congresos, maestrías, doctorados y especializaciones en la disciplina. Podrá, asimismo, publicar o apoyar la publicación de monografías, tesis, libros, revistas y otros medios de estudios de Derecho del trabajo y de la Seguridad Social.
El Uruguay expresa la admiración y el agradecimiento al Profesor Emérito Dr. Héctor Hugo Barbagelata, por su notable visión de futuro al lanzar un tema que fructificó tempranamente y se promoviera el interés por la temática jurídico laboral.
Señor Presidente, al culminar nuestra exposición permítanos una última reflexión que ilustrará aún más la trayectoria del Profesor Héctor Hugo Barbagelata:
“Un anciano, por un camino solitario, llegó en el frío y gris atardecer a un abismo vasto, ancho y profundo por donde rodaba un peligro río.
El anciano cruzó en la hosca penumbra (pues las aguas no lo amedrentaban) pero en la otra margen se detuvo y se puso a construir un puente.
“Anciano – díjole otro peregrino -. Derrochas energías con tu obra;
 tu viaje habrá concluido con el día, y nunca más pasarás por estos rumbos;
has cruzado el profundo y ancho abismo,
¿por qué construir un puente a estas horas?”
El constructor irguió la gris cabeza. Buen amigo, hoy en el camino me seguía – dijo – un joven cuyos pies  también deben pasar por estos rumbos.
Este abismo, que para mí no fue nada, puede ser fatal para ese rubio joven.
El también debe cruzar en el crepúsculo;
Buen amigo, para él construyo el puente”.

Señor Presidente, estimadas diputadas y diputados, señores docentes y autoridades que hoy prestigian esta Sesión de la Cámara de Representantes, tenemos allí al “Anciano” que durante toda su vida se ha dedicado a construir con vocación los puentes en defensa de los derechos laborales de los trabajadores y allí y acá, docentes, parlamentarios, sindicalistas, ciudadanos que también deben pasar estos rumbos y cruzar en el crepúsculo.

Muchas gracias".