"En esta Sesión, la Cámara de
Representantes reunida, tributa un
merecido homenaje al profesor emérito Dr. Héctor Hugo Barbagelata, lo cual significa
que la asamblea de los representantes del Pueblo Oriental en Democracia, brinda un reconocimiento a uno de los pilares
de la disciplina del Derecho del Trabajo en el Uruguay, siendo reconocido como
maestro en varias generaciones de la llamada Escuela uruguaya de Derecho
Laboral.
Debemos expresar que no ha sido fácil
convencer al Profesor Barbagelata ya que ha sido siempre reacio a homenajes.
Ante la presencia de generoso
Ciudadano, hoy la Cámara de Representantes le rinde un merecido y justo homenaje.
El profesor Héctor Hugo Barbagelata -
quién nos honra con su presencia, igual que sus colegas y familiares - nace el 12
de setiembre de 1923 y siendo aún muy joven se graduó como Doctor en Derecho y
Ciencias Sociales en la Universidad de la República del Uruguay, para
posteriormente doctorarse también en Economía y Legislación Obrera en La
Sorbonne de París.
Como bien se ha expresado por sus
colegas nos encontramos frente a una figura de talla dimensionada que se
encuentra con el talento y la sagacidad intactas, o como bien lo describe el
profesor Dr. Hugo Barreto: “Su intelectualidad se encuentra afinada y decantada
por la posibilidad casi omnipresente de los años y una memoria y agudeza
prodigiosa”.
Junto a Francisco De Ferrari, pionero
de los estudios del derecho del trabajo, fue co fundador de la revista de
Derecho Laboral en 1948, una de las publicaciones más antiguas y prestigiosas
en el continente ya que contiene la síntesis de la mejor doctrina laboralista
que puede leerse en Uruguay y que actualmente se puede disfrutar a través de la
Fundación de Cultura Universitaria.
En su dilatada trayectoria ha
transcurrido participando en innumerables congresos como ponente y ha
contribuido con una destacadísima obra concretada en libros y artículos de
revistas especializadas, que han conformado un cuerpo de reflexión y
profundización inigualable en el derecho del trabajo.
Su condición de Profesor pudo ser
apreciada no solo por varias generaciones de universitarios uruguayos, sino
también por jóvenes de otros países de América latina y de Europa, en los que
dictó clases de grado y de posgrado, deslumbrando con la estructura rigurosa de
sus razonamientos jurídicos y con su oratoria diáfana y atrapante.
Su actividad de docente, sin dudas
merece un párrafo aparte. Ejerció con absoluta dedicación y amor la tarea de
enseñar, la cual lleva a cabo dentro del aula y aun fuera de ella; es que a su
estudio acudían a consultarlo en forma continua, luego de egresados, su ex
alumnos, a quienes recibía, según ellos mismos cuentan, con la pasión del
docente, pero además con la cortesía que se le debe al colega.
Fue también maestro de varias
generaciones de abogados laboralistas y lo es de las actuales y de las futuras
generaciones de técnicos y licenciados de Relaciones Laborales, quienes – a través de sus libros, prólogos,
revistas y publicaciones – pueden aprender valiosas lecciones y contribuir a
continuar en la mejora del Derecho Laboral.
Su magisterio recibido por varias
generaciones de jóvenes y en diferentes Universidades. Dentro y fuera de
fronteras lo han tenido privilegiando la pléyade de docentes donde ejerció.
Como expresábamos recién, nuestra Universidad de la República contó con sus
clases y cátedras, reconociéndolo Profesor Emérito. Asimismo, dictó clases en
la Facultad de Ingeniería, y fue profesor de Sociología en los Institutos
Normales de Montevideo.
Además, su obra trascendió hacia el
exterior dictando clases en la Universidad de Lovaina y en Bruselas.
Profesor, Catedrático, Director del
Instituto de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Facultad de
Derecho de la Universidad de la República, ejerció un perdurable y generoso
magisterio entre las generaciones más jóvenes, fundamentalmente a partir de la
cátedra sobre “evolución del pensamiento
juslaboralista” en el postgrado de la Facultad de Derecho.
Su trabajo resultó intenso para
concretar los estudios de posgrado en la disciplina del derecho del trabajo, en
virtud que estaba convencido que la Universidad tiene la responsabilidad de
generar la convicción de continuar la formación durante toda la vida.
Quiero detenerme – Señor Presidente
- en la distinción de “Profesor
Emérito”. Son profesores eméritos sólo aquellos que han realizado una obra de
valía excepcional. Simbolizan el alcance del espíritu universitario que se
traduce en integridad, fuerza, talento y actividad, y la inclinación implícita
de la Universidad comprometida con la sociedad a causa de la dignidad, el
respeto, la responsabilidad y el compromiso.
Con
éste título se reconoce la labor académica como una actividad que
descubre mundos y abre la mente hacia el futuro.
Es una forma de reconocer y valorar
el trabajo del profesor que ha tenido y tiene la difícil tarea de formar
profesionales de excelencia e integrales, incorporando en los logros de los
jóvenes. Es un docente emblemático, comprometido con la excelencia académica,
la relevancia social, la actitud de servicio, la afirmación y observación de
los principios y valores éticos que signan la vida profesional y universitaria,
y en el caso del Profesor Barbagelata, la defensa de los derechos de los
trabajadores.
Asimismo en su extenso curriculum
vitae se debe destacar que fue Miembro de la Academia Iberoamericana de derecho
del Trabajo y de la Seguridad Social. Además, fue designado Subsecretario del
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social entre marzo y octubre de 1967.
No se debe obviar su asesoría
sindical, ya que resultó un pionero en el asesoramiento de los sindicatos en el
Uruguay, donde conoció a don José D’ Elía, con quién trabó una amistad, la cual
resultó en años oscuros, riesgosa, pero muy pintoresca y latente.
Posteriormente fue consultor de la Organización Internacional del Trabajo.
Barbagelata nunca defendió una
empresa. José “Pepe” D’ Elía cuando era secretario general de la Federación de
Empleados de Comercio decía habitualmente: “Pregúntale
al Hugo. Lo que el Hugo diga, se hace”.
Ermida Uriarte manifestó: “En los peores momentos de la ofensiva
neoliberal contra el derecho del trabajo, Plá y Barbagelata fueron los pilares
que desoyeron los cantos de sirena que a tantos sedujeron, lo que a la postre
reforzó el respeto internacional a una doctrina que ellos construyeron”.
En su vasta trayectoria también
incursionó en el periodismo y en la actividad teatral. La actividad
periodística lo tuvo como corresponsal desde Europa para el Semanario Marcha,
publicación dirigida por el Dr. Carlos Quijano,
durante los años 1946 y 1947. Asimismo, fue columnista del Diario
Acción, exponiendo sobre cuestiones sociales ente los años 1958 y 1962.
Mientras que en la actividad teatral
fue Director-Fundador y actor del Teatro Universitario entre los años 1843 y
1958.
Sucesor de Margarita Xirgú, fue
Director de la Escuela Municipal de Arte Dramático de Montevideo entre los años
1958 y 1965 y Presidente del Sodre en el período de 1985 a 1990.
En un reportaje el profesor
Barbagelata expresó: “La actividad del
profesor es análoga a la del actor, especialmente si uno piensa en la comedia
del arte, ése género teatral en el que el actor improvisa, a partir de algunas
pautas. Y ¿Qué otra cosa hace el profesor al seguir el esquema que lleva
escrito y consulta en clase o que tiene grabado en su memoria? “El profesor
como el actor, sabe que la función tiene que continuar. Valga otro punto de referencia,
pues a las clases no se puede (o más bien, no se debe) faltar aunque no estemos
con el talante apropiado, como tampoco los actores pueden faltar a los ensayos
y funciones”.
Se ha señalado que dialogar con el
profesor emérito Héctor Hugo Barbagelata es hacer presente al Uruguay donde la
igualdad está presente y el sentir republicano aflora junto al orgullo de la
enseñanza pública y la tenacidad defensora de la libertad y la democracia en
tiempos difíciles.
Pero Barbagelata es, sobre todo, profesor
de derecho del Trabajo, disciplina a la que ha dedicado lo mejor de sus
virtudes y en la que se ha destacado como un doctrinario de fuste. La sutileza
de su elaboración doctrinaria se sostiene en sólidos conocimientos basados en
la amplitud de una cultura que amplía las fronteras de lo jurídico para
trabajar en las márgenes de la sociología, la economía y las ideas políticas y
construir así el presupuesto del estudio del derecho del trabajo.
En ese campo – como bien señala el
Dr. Hugo Barreto – es autor de una obra de culto, generadora de una corriente
que explica el particularismo del derecho del trabajo mediante las diferentes posiciones
de las personas en el escenario de las relaciones laborales, ya sea como
patrones o como trabajadores dependientes.
Ese dato social, que marca una situación de poder de un sujeto a otro,
hace insuficiente y hasta ilusoria la consigna de la igualdad formal de estilo “todos somos iguales ante la ley”, por
lo cual el derecho del trabajo debe introducir mecanismos compensatorios de esa
desigualdad entre trabajadores y patrones a través de una protección especial
al sujeto que trabaja en relación de dependencia.
A esta igualdad material que el
derecho del trabajo persigue, Barbagelata agrega, como elemento distintivo del
vínculo laboral, su naturaleza eminentemente conflictiva en lo individual y en
lo colectivo. Pero, para Barbagelata el conflicto no es un síndrome patológico
que deba ser suprimido, sino por el contrario una energía que desata procesos y
dinámicas propias de una sociedad democrática y pluralista.
Nuestro homenajeado, que es un
estudioso del pensamiento juslaboralista, considera que la evolución de este pensamiento
ha llegado al punto en que cada vez somos más los que consideramos que el
Derecho del Trabajo integra el sistema de los derechos Humanos a todos sus
efectos. Por eso hoy puede afirmarse que el reconocimiento de la integración de
todos los derechos laborales en el bloque de la constitucionalidad, sin ninguna
reserva y con todas sus consecuencias ya ha comenzado a universalizarse.
Para este docente “el diario debería ser el texto principal ya
que no se puede ser laboralista sin
tener un firme anclaje en las realidades de la vida social y sin estar atento a
las transformaciones que la tecnología introduce en ella”.
Durante la dictadura abandonó la
Facultad de Derecho por verdadera objeción de conciencia. Se mantuvo al margen
de toda actividad que tuviera que ver con una Universidad intervenida, se
recluyó en sus estudios, fue profesor visitante de la Universidad de Lovaina durante los años 1978 y 1979, y
consultor de Cinterfor/OIT revalorizando el papel de la formación profesional
en el mundo del trabajo, en otra expresión de su talante innovador y profundo cada
vez que fue requerida su atención.
Su obra escrita incluye innumerables
artículos y contribuciones para obras colectivas, así como una serie de libros
fundamentales de su autoría:
·
El
reglamento del taller (tesis), Montevideo, 1951.
· El
derecho común sobre el despido y su interpretación jurisprudencial, Montevideo,
1953. (Obra premiada en el Concurso de Obras Jurídicas de la Facultad de
Derecho – Universidad de la república).
·
Panorama
de la Legislación del Trabajo. Fueci, 1953.
·
Régimen
de los convenios colectivos. Fueci, 1955.
·
Introducción
de las Instituciones de Derecho Laboral en América Latina. (Edición original en
francés y versiones en español y portugués).
·
El
tripartidismo y la formación profesional en América Latina. Cinterfor/OIT,
1980.
·
La
legislación mexicana sobre capacitación y adiestramiento desde la perspectiva
del derecho latinoamericano. México, 1981.
·
El
particularismo del derecho del trabajo. Montevideo, 1985. (Versión en
portugués, San Pablo, 1996).
·
Uruguay,
International Enciclopedia. 1998.
·
Formación
y Legislación del Trabajo. OIT, 2003.
·
Derecho
del Trabajo. Tomo I. Volumen 1 y 2. Montevideo, 2004.
·
El
particularismo del derecho del trabajo y los derechos humanos laborales.
Montevideo, 2009.
·
Curso
sobre la evolución del pensamiento juslaboralista. Montevideo, 2009.
·
La
investigación en Derecho el Trabajo, en Cuadernillos de la Fundación Electra Nº
5. Montevideo, 2011.
Homenajear a Barbagelata es
homenajear a su compañera inseparable Electra. Ante su desaparición física, es
el impulsor de una Institución en memoria de su esposa Electra Etcheverry de
Barbagelata, denominada “Fundación Electra”, razón de la cual es apoyar a los
estudiantes del interior del País que buscan graduarse en Derecho Laboral.
Su objeto es fomentar y promover, por
cualquier medio apropiado, el estudio científico del Derecho del trabajo y de
la Seguridad Social. A tales efectos, dice su Estatuto, podrá otorgar premios,
becas y toda forma de apoyo económico para la participación en cursos,
seminarios, congresos, maestrías, doctorados y especializaciones en la
disciplina. Podrá, asimismo, publicar o apoyar la publicación de monografías,
tesis, libros, revistas y otros medios de estudios de Derecho del trabajo y de
la Seguridad Social.
El Uruguay expresa la admiración y el
agradecimiento al Profesor Emérito Dr. Héctor Hugo Barbagelata, por su notable
visión de futuro al lanzar un tema que fructificó tempranamente y se promoviera
el interés por la temática jurídico laboral.
Señor Presidente, al culminar nuestra
exposición permítanos una última reflexión que ilustrará aún más la trayectoria
del Profesor Héctor Hugo Barbagelata:
“Un anciano, por un camino solitario, llegó en el frío y gris atardecer a
un abismo vasto, ancho y profundo por donde rodaba un peligro río.
El anciano cruzó en la hosca penumbra (pues las aguas no lo amedrentaban)
pero en la otra margen se detuvo y se puso a construir un puente.
“Anciano – díjole otro peregrino -. Derrochas energías con tu obra;
tu viaje habrá concluido con el
día, y nunca más pasarás por estos rumbos;
has cruzado el profundo y ancho abismo,
¿por qué construir un puente a estas horas?”
El constructor irguió la gris cabeza. Buen amigo, hoy en el camino me
seguía – dijo – un joven cuyos pies
también deben pasar por estos rumbos.
Este abismo, que para mí no fue nada, puede ser fatal para ese rubio
joven.
El también debe cruzar en el crepúsculo;
Buen amigo, para él construyo el puente”.
Señor Presidente, estimadas diputadas
y diputados, señores docentes y autoridades que hoy prestigian esta Sesión de
la Cámara de Representantes, tenemos allí al “Anciano” que durante toda su vida
se ha dedicado a construir con vocación los puentes en defensa de los derechos
laborales de los trabajadores y allí y acá, docentes, parlamentarios,
sindicalistas, ciudadanos que también deben pasar estos rumbos y cruzar en el
crepúsculo.
Muchas gracias".